Santiago Nicolás Almagro tenía 35 años y trabajaba como comisionista en Río Cuarto. En la siesta de este viernes, cuando circulaba por la ruta nacional 35 rumbo al sur, su vida se truncó en un choque frontal que volvió a teñir de luto a los caminos de la región.
El accidente sucedió a las 14:45, en el kilómetro 661 de la ruta, a la altura del paraje Villa Marcelina, entre Coronel Moldes y Vicuña Mackenna. La Fiorino que conducía Santiago impactó de frente contra un Peugeot 408 que venía en sentido contrario. En este último vehículo viajaban Amílcar Estreri, de 42 años, y José Ponce, de 20, padre e hijo domiciliados en Mackenna, quienes resultaron con lesiones pero sin riesgo de vida.
Según informaron desde la Policía y Bomberos de Coronel Moldes, las condiciones de visibilidad y del asfalto eran buenas. No había niebla ni deterioro en la carpeta. Y en principio, no se registró la presencia de un tercer vehículo que pudiera haber motivado una maniobra riesgosa.
El jefe de Bomberos, Juan Pablo Bettiol, confirmó que uno de los rodados cruzó de carril, pero evitó señalar cuál hasta que se complete el informe de Criminalística. Lo cierto es que el impacto fue violento y fatal para Almagro, quien murió en el lugar. Su cuerpo fue retirado y entregado a la morguera mientras la ruta permanecía cortada durante los trabajos de los peritos.
Por la hora y la zona, el tránsito era intenso. Es temporada alta de cosecha y la ruta 35 soporta por estos días un flujo constante de camiones que transportan granos. A pesar de tratarse de un tramo recto y en condiciones, las autoridades recordaron que el aumento de la circulación siempre incrementa el riesgo de siniestros, especialmente cuando se suman distracciones o maniobras indebidas.
Santiago Almagro era conocido en el ámbito de los repartos y comisiones en Río Cuarto. Como tantos otros trabajadores que recorren a diario las rutas, su actividad lo mantenía en permanente viaje por la región. Esta vez, ese recorrido terminó en tragedia.
Las otras dos personas involucradas fueron trasladadas inicialmente al hospital de Coronel Moldes. Estreri, el conductor del Peugeot, sufrió lesiones en sus piernas, pero los médicos aclararon que no revestían gravedad. Su hijo José, en tanto, presentó traumatismos menores. Ambos estaban conscientes y fuera de peligro al momento del traslado.
El choque no sólo conmocionó a la comunidad de Río Cuarto, que despide a un vecino joven y trabajador, sino que volvió a encender la alarma sobre la seguridad vial en rutas nacionales que son arterias claves para el transporte, pero donde los accidentes fatales siguen siendo una constante.
Mientras se espera el resultado de las pericias que determinen qué vehículo invadió el carril contrario, el caso deja expuesta una vez más la delgada línea que separa la rutina del viaje y la tragedia. Una línea que, en cuestión de segundos, marcó el final del camino para Santiago Almagro y dejó a otras dos personas heridas.
Las autoridades insistieron en que no se registraron factores externos como niebla, pavimento dañado o mala visibilidad. Todo apunta a una maniobra humana en un momento de gran flujo vehicular.
El tránsito en la ruta 35 fue interrumpido durante aproximadamente una hora, mientras los equipos de emergencia trabajaban en el lugar. Luego, fue habilitado nuevamente, aunque con el impacto emocional que deja cada accidente en una comunidad que ya conoce de estos episodios.
La familia de Santiago, sus amigos y compañeros de trabajo enfrentan ahora el dolor de una pérdida que sacude no solo por su carácter repentino, sino también por tratarse de alguien que, como muchos, salía cada día a ganarse la vida en la ruta.